Con motivo del evento "Semana de la Ciudad" que comenzó este lunes en el IFDC, y al que ya acudieron varios grupos de distintas escuelas, publicamos este bello texto de Italo Clavino, de su libro Las ciudades invisibles, una de las obras presente en esta edición de la muestra interactiva.
LAS CIUDADES Y EL DESEO.
Hacia
allí, después de seis días y seis noches, el hombre llega a Zobeida,
ciudad
blanca, bien expuesta a la luna, con calles que giran sobre sí mismas como un ovillo.
Esto
se cuenta de su fundación: hombres de naciones diversas tuvieron un sueño
igual, vieron una mujer que corría de noche por una ciudad desconocida, la vieron
de espaldas, con el pelo largo, y estaba desnuda. Soñaron que la seguían. A fuerza
de vueltas todos la perdieron. Después del sueño buscaron aquella ciudad; no la
encontraron pero se encontraron ellos; decidieron construir una ciudad como en
el sueño.
En la disposición de las calles cada uno rehizo el recorrido de su persecución; en
el punto donde había perdido las huellas de la fugitiva, cada uno ordenó de
otra manera
que en el sueño los espacios y los muros, de modo que no pudiera escapársele
más.
Esta
fue la ciudad de Zobeida donde se establecieron esperando que una noche
se repitiese aquella escena. Ninguno de ellos, ni en el sueño ni en la vigilia,
vio nunca
mas a la mujer. Las calles de la ciudad eran aquellas por las que iban al
trabajo todos
los días, sin ninguna relación ya con la persecución soñada. Que por lo demás estaba
olvidada hacia tiempo. Nuevos
hombres llegaron de otros países, que habían tenido un sueño como el de
ellos, y en la ciudad de Zobeida reconocían algo de las calles del sueño, y cambiaban
de lugar galerías y escaleras para que se parecieran más al camino de la mujer
perseguida y para que en el punto donde había desaparecido no le quedara modo
de escapar. Los
que habían llegado primero no entendían qué era lo que atraía a esa gente a Zobeida, a esa fea
ciudad, a esa trampa.
Comentarios
Publicar un comentario