YOLANDA REYES X 3 #seguimoseducando


En esta entrada les contamos brevemente quién es Yolanda Reyes, compartimos una nota escrita por ella para un diario colombiano, y ponemos a disposición textos y propuestas de actividades.




A quienes se dedican a la relación infancia y literatura, en distintos espacios, pero sobre todo en instituciones de formación docente, no les resultará desconocida Yolanda Reyes. Es una referente importante en el ámbito de la educación y de las políticas culturales en relación a los derechos de las infancias y forma parte de la bibliografía del nuevo Diseño Curricular de Nivel Inicial de la Provincia de Río Negro.
Yolanda Reyes nació en Colombia, allí estudió Ciencias de la Educación en la Universidad Javierana de Bogotá y luego, en España, cursó  el posgrado en “Lengua y Literatura Española” del Instituto de Cooperación Iberoamericana de Madrid. Se dedicó a la literatura infantil y juvenil como escritora, promotora e investigadora. Tiene publicados varios libros de ficción y no ficción. Entre ellos,  el ensayo La casa imaginaria, del cual compartimos el primer capítulo: Los cimientos de la casa: ¿leer en la primera infancia? Dejamos el link al final de esta entrada, porque antes nos interesa compartir un artículo en el que Yolanda reflexiona en torno a la cuarentena,  la necesidad de seguir comunicadxs con lxs niñxs y desde qué lugar sería, a su entender, conveniente hacerlo. Reproducimos, entonces, una de sus columnas en el diario El País, de Colombia, la que fue publicada el 6 de abril de 2020:

 1.- Jardín sin niños. El desafío urgente es el acompañar a la nueva “célula educativa” en la que se convirtió la familia. (1)


Aunque parezca una fecha prehistórica, no ha pasado ni un mes desde aquel viernes 13 de marzo cuando los niños corrían tomados de la mano y jugaban a esconderse, bien juntos y apeñuscados, como les gusta, detrás de un árbol del jardín. Nadie habría imaginado, por más señales que flotaban en el aire, que ese sería su último día de colegio –de amigos, de empujones, de arena en el pelo y de comiditas de mentira–, antes de estas vacaciones que comenzaron a destiempo y que nadie sabe hacia dónde van ni cuánto durarán.

No hubo tiempo para despedirse, ni para darles un abrazo –viéndolo bien, ya los abrazos estaban prohibidos– ni mucho menos para entender que estaban (que estábamos) a las puertas de un duelo. Si para nosotros, los adultos, es un duelo incierto, resulta difícil imaginar lo que sienten quienes apenas tienen tres o cinco años, ¡en total!, de experiencia, y perdieron ese ritmo cotidiano con el que transcurrían sus vidas, entre la casa y el jardín. ¿Qué podemos decirles, si no sabemos decir nada; si, por primera vez, todos compartimos esta falta de experiencia?


Y, sin embargo, hace cuatro lunes –cuatro siglos–, cuando se cerraron las escuelas, nos ocupamos, más que en hablar con ellos y acompañar a sus familias, en empacar actividades escolarizadas, y pretendimos reemplazar esa reunión de cuerpos, que es la materia prima de la educación inicial, por lo que acordamos en llamar “educación virtual”. En medio de la emergencia, quizás necesitábamos buscar pretextos para acompañarlos más que nunca y fingimos “trasladar” a las pantallas las paredes llenas de trabajos y la necesidad de experiencia concreta y sensorial que es la manera de habitar el mundo en la infancia. Y, como si bastara con “empacar” la voz de la profe y las caras de los niños en una plataforma, separamos las cabezas de los pies y simulamos sus cantos y sus danzas rituales, y la profe se volvió ‘youtuber’ y los amigos se convirtieron en presencias fantasmales.

Mal haríamos en no valernos de estas compensaciones tecnológicas que son ahora el sucedáneo de nuestros vínculos antiguos, y que los niños, con su plasticidad cerebral y su capacidad de adaptación, manejan mejor que sus maestros. Sin embargo, no podemos conformarnos con la mera trasposición de unas actividades que fueron diseñadas para otros formatos y que necesitarían procesos de edición y de producción para ser convertidas a lenguajes digitales, y que incluso, suponiendo que buscáramos ese objetivo, no podrían reemplazar ese encuentro de voces y de cuerpos que interactúan, dialogan y se transforman mutuamente en ese espacio colegiado que es el escenario para aprender a vivir juntos. El desafío urgente es el de acompañar a esa nueva “célula educativa” en la que se convirtieron, de un día para otro, las familias.

Quizás sería más liberador pensar en antiguos conceptos de educación a distancia y explorar múltiples formas de acompañar y de inspirar a las familias, reconociendo la diversidad de sus circunstancias, sus estilos de vida, y sus incertidumbres (desde médicas y económicas hasta existenciales), para interpretar este momento que modifica profundamente el significado de educar.

¿Cómo sostener a los que sostienen a los niños? Más allá de mandarles voces maquinales, necesitamos resignificar esos cuerpos que cantan, cuentan y contienen y enseñan más sobre las emociones que la proliferación de videos que circulan por las redes. Quizás ahora, cuando nuestras pantallas se han vuelto las drogas más adictivas, necesitamos desenchufarnos y centrarnos en una conversación a muchas voces que explore formas de empatía y compasión y que dé palabras sencillas, a los niños y a los adultos, para vivir el duelo; para nombrar el miedo y la esperanza.

Yolanda Reyes (1)https://www.eltiempo.com/


2.- Ex libris Yolanda Reyes

De entre sus libros vamos a tomar dos, que están incluidos en las Colecciones de Aula del Plan Nacional de Lectura- En la biblioteca los tenemos en soporte papel (ya volveremos!!) pero también los encontramos en la red, en formato digital. Nos referimos a Los agujeros negros: 


 “Los agujeros negros cuenta la historia de Juan, un muchacho que no ha regresado a San Juan del Sumapaz desde que murieron sus padres. Entre los recuerdos que guarda de aquel enigmático lugar -al que le llevaban a pasear cuando era muy pequeño-, ocupan un lugar primordial unos extraños agujeros negros que le han hecho perder el sueño desde que los vio. Como regalo de cumpleaños, Juan consigue que su abuela le lleve de nuevo hasta allí. A su regreso a la ciudad, ya puede apagar la luz del pasillo mientras duerme: los agujeros negros han desaparecido.” (2)

 y  El terror de sexto B:
"Conjunto de cuentos que toman como escenario la escuela, presentando situaciones diversas que tienen que ver con la vida íntima de los personajes, acciones reprobables dentro de la escuela, deportes y competitividad, objetos o espacios prohibidos, rechazo a docentes o asignaturas, pero sobre todo presenta una sensibilidad particular en los estudiantes y docentes con respecto a su desempeño dentro de las aulas."

 -seguramente los tengan en la escuela y en algún momento podrán acceder a ellos-.

Guía de Actividades para “Los agujeros negros”
Indagando sobre recursos para propuestas didácticas podemos encontrar una gran diversidad en la red. La cuestión es que tenemos que ir formando nuestro criterio para seleccionar las mejores propuestas, las que entren en resonancia con nuestro posicionamiento como educadorxs. La guía que compartimos, elaborada desde la propia editorial, tiene algunas propuestas interesantes aunque, si la tomamos de conjunto, podemos hacer algunas críticas. Es una propuesta, en general, conductista. Lo cierto es que algunos de los ítems pueden sernos útiles para incluirlos en nuestra planificación, o bien nos pueden servir como inspiración, para recrearlos, para pensar en otras actividades. Recordemos que la literatura no tiene por qué ser útil. Lo más importante es que sea disfrutable. La guía entonces, haciedo clic aquí: Guía de actividades. Nos gustaría que nos dejen sus opiniones acerca de la guía, si les parece que va en desmedro de la literatura, o si consideran que "trabajar" sobre un texto de ficción aporta a la comprensión y al placer de la lectura.

Este es el audio completo de El terror de sexto B, del canal de youtube Audiolibros TIA MIA

3.- El primer capítulo de La casa imaginaria, haciendo clic aquí: Los cimientos de la casa ¿leer en la primera infancia?


Si te parece que esta entrada le puede resultar interesante a tus compañerxs de formación, o a tus colegas docentes, por favor compartilo.

Fuentes:
(2) Ruiza, M., Fernández, T. y Tamaro, E. (2004). Biografia de Yolanda Reyes. En Biografías y Vidas. La enciclopedia biográfica en línea. Barcelona (España). Recuperado de https://www.biografiasyvidas.com/biografia/r/reyes_yolanda.htm el 13 de abril de 2020.
(3) Reyes, Y. (2007) La casa imaginaria. Lectura y literatura en la primera infancia. Ed, Norma. Bogotá. 


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