¿DE QUÉ ESTÁ HECHA UNA PROFESORA? Conversamos con la profesora Karen Rechia.


¿De qué está hecha una profesora? 

por Claudio Barrientos Agustinho


Conversamos con Karen Christine Rechia, a quien conocimos en una capacitación docente en el IFDC de El Bolsón, en el marco de la presentación del libro P de Profesor, en el que participó junto a Jorge Larrosa. Vamos a presentarla en primer lugar como profesora de Historia y, ahora sí, nombrando algunas de sus ocupaciones actuales: es docente del Colégio de Aplicação /CED /UFSC. Docente del Mestrado Profissional em História/UFSC. Coordinadora del Grupo de Pesquisa Elogio da Escola. Miembro del Laboratório de Práticas Escolares – OPE/UDESC. Miembro de la Rede Kino - Rede Latino-Americana de Cinema e Educação.

Durante la semana que acordamos encontrarnos para conversar, en Florianópolis, ciudad donde reside Karen, estaban viviendo lo que parecía un capítulo de una saga post apocalíptica. Además de la mal administrada situación de la pandemia de covid 19 y el contexto político que parece empeorar día a día, en la región esperaban una plaga de langostas que llegaba a la región desde Argentina. La manga de langostas finalmente no llegó a Florianópolis, lo que lo impidió fue un inesperado fenómeno atmosférico llamado ciclón bomba, con lluvias intensas y vientos que superaron los 100 kms por hora. En la provincia un millón de personas se quedaron sin energía eléctrica. Murieron 9 personas.

Nos cuenta Karen que la situación en Brasil no está fácil, y que se hace necesario distraerse, pensar en otras cosas, conversar con amigos. Lo dice con una mano sobre el pecho, con pesar.

Luego de saludarnos y ponernos al tanto de los diferentes contextos y nuestros estados anímicos, damos por iniciada la entrevista que compartimos con ustedes.

 

La declaración de fe es una proclamación que trae a la presencia aquello que proclama o, en otras palabras, que lo hace existir. Si la fe en Dios construye iglesias, si la fe en la democracia instituye parlamentos y la fe en la justicia edifica tribunales, ¿entonces cuál sería la fe que ‘hace’ a una sociedad tener escuelas y, por lo tanto, profesores?

de “El profesor artesano” de Jorge Larrosa

 

  

-Te agradezco Karen esta oportunidad de conversar con vos, y empiezo preguntándote por la situación educativa en Brasil, y más específicamente en tu ciudad, en este momento excepcional.

-Aquí, como supongo acontece en Argentina, tenemos diferentes sistemas educativos. Municipal, Provincial y Nacional. La escuela en la que yo estoy es una de las pocas escuelas nacionales. Empezamos en esta semana con clases remotas, luego de tres meses de investigación acerca de las condiciones de los estudiantes, con diagnósticos y muchas reuniones de trabajo. Las escuelas públicas de la provincia empezaron hace dos meses las actividades; pero los profesores no tuvieron tiempo de prepararse. Nosotros tuvimos tiempo de prepararnos mejor, por pertenecer a la universidad nacional. Tuvimos un mes de clases, porque empezamos en febrero por lo que alcanzamos a conocernos con los estudiantes.

-Nosotros empezamos las clases y a los pocos días se declaró la emergencia sanitaria. En un principio se puso énfasis en el acompañamiento a los estudiantes, en sostener el vínculo desde la institución por si necesitaban algún tipo de ayuda que pudiéramos cubrir desde la escuela. Fue muy interesante esa vivencia. Después, con la extensión del aislamiento, desde el Ministerio de educación se determinó que había que formalizar la cursada evaluando y cerrando notas. Ese cambio fue notable.

-Claro, están en el final del cuatrimestre. Te contaba que estuve dando una clase para la Universidad de Córdoba, en Argentina y ahí supe que estaban terminando.

-Esta pregunta viene con el reconocimiento de aquella experiencia hermosa que trajiste a El Bolsón, cuando vinieron con Jorge Larrosa. Disfrutamos de esa capacidad de generar espacios donde uno se queda pensando y sintiendo ese movimiento interno que se genera, se produce como una magia, y pienso en la etimología de la palabra conmover, movernos con. Pensando en esto me pareció interesante preguntarte ¿de qué está hecha una profesora?

-Bueno, mira, yo para encontrarme a conversar hoy con vos estuve preparando unos apuntes. Una profesora siempre tiene apuntes, y uno de los artefactos que tiene que ver con los profesores es su cuaderno. Cuando me preguntás de qué está hecha una profesora, yo pienso en mis cuadernos, en mis apuntes, que siempre están conmigo, son parte mía, de mi oficio. Y cuando vos traés la experiencia en El Bolsón, y te agradezco esas palabras de reconocimiento, yo pienso en la palabra amorosidad, es una palabra con la cual el oficio de profesor es indisociable. Yo como profesora tengo mis artefactos, mis materialidades y tengo una amorosidad. Y no digo que tenga que ver con la idea de simpatía ni el amor a todas las cosas. Pero sí el amor a todas esas cosas que yo digo que es el oficio. En estos días que estoy lejos de mis alumnos pensaba que mi propia historia de profesora tiene que ver con una voluntad de hablar para el otro.

Porque en realidad tiene que ver con estas formas del oficio. Cuando me invitaste a esta conversación hice estos apuntes y pensé en que hace 27 años que empecé como profesora y he trabajado en todos los niveles de enseñanza, lo que me permite comprender con cierta propiedad las dificultades y las alegrías del magisterio. Eso posibilita que yo no me deje por ejemplo seducir por las novedades, por cualquier discurso o teorías, hay muchas innovaciones en educación. Me he dado cuenta de una cierta vocación, pero de esto muchas veces nos damos cuenta más al final de nuestra historia,pienso en una vocación más desde lo existencial. No tanto técnica, no tanto religiosa, pero que tiene que ver con esa materialidad de la que te hablaba y con este descubrir qué interesa a cada uno y para lo cual desarrollamos habilidades específicas que tienen que ver con la concreción. Creo que yo y muchos, muchos compañeros profesores somos profesores amateur, voy a usar una expresión del filósofo de la educación belga Jan MasscheleinHay un libro que se llama En defensa de la Escuela, una cuestión pública, JanMasschelein y Maarten Simons y en este libro hay un capítulo que se llama ¿Qué es lo escolar? En este capítulo hay una parte que se llama Una cuestión de amor y habla del profesor aficionado, el profesor amador. ¿se dice así en castellano?

-Claro, de amateur, qué hermosa palabra.

-Él habla sobre la pasión, la presencia del profesor. Recuerdo este libro y esta parte porque el profesor está hecho de eso, de una especie de vocación. Pero vocación en el sentido que le da Jorge Larrosa en su más reciente libro, El profesor artesano, cuando habla de la filósofa española María Zambrano. Vocación en el sentido de amar su trabajo, quien tiene en su trabajo una forma de existir, de vivir, de estar en el mundo. El profesor es un amateur, puede amar su trabajo, las materias que da; y esto es una cosa muy bonita. Hoy se habla mucho en el capitalismo, del trabajador en general. Pero el profesor no puede ser profesor en general. La idea del profesor en general es el trabajador flexible, adaptable, que sabe de todo pero no sabe nada en particular. El profesor amateur es el profesor de algo, ama, le interesa su materia, tiene sus artefactos y por eso y hace que otros se interesen, exige el interés de su alumno.

Por eso ser profesor, Claudio, volviendo a la pregunta inicial, la profesora no está hecha de una función, está hecha de una forma. Yo soy profesora porque tengo una forma de ser profesora, no es que haya una sola forma de ser, digo que hay una conformación de gestos, de materialidades que hace de mí una profesora. No la función, la función tiene que ver con esa cosa del mercado, del profesor que se pone como siervo del mercado, de las políticas neoliberales, de la educación como mercado.

-Una idea que me da vueltas es la de la pasión, de un trabajo que puede apasionar. Y al pensar en la experiencia que tuvimos con ustedes en Bolsón, lo que muchxs vivenciamos fue esto que puede traducirse como entrega al mundo, un profundo interés por el mundo y sus circunstancias, por las particularidades, los detalles. Algunas pedagogías, como la waldorf, piensan a los niños como misterios, y lo tomo no en un sentido místico, pero sí en el sentido del respeto profundo que podemos despertar, que no siempre está, por la vida de la otra persona, de sus formas de ser y de hacer, y que desde la educación la tarea no sería otra que la de reafirmar ese mundo que trae, que es, y promover el ensanchamiento de ese mundo.

Karen se levanta a buscar otro libro.

-Te acordaste de algo…

-Claro, -se ríe- esto es una conversación en la biblioteca, tiene que ver con el montaje del profesor ¿no?

Profesora Karen Christine Rechia

-Mientras vos buscás la cita en el libro te cuento que antes de la entrevista, para distraerme un poco porque me agarra cierta ansiedad, me puse a leer un libro de breves ensayos poéticos, podrían definirse así, de María Negroni, que se llama Elegía Joseph Cornell, -y ahora que lo pienso vos trabajás tanto con la imagen y el cine, y esta es una elegía a un director de cine-, y hablando de él Negroni tiene un párrafo en el que dice “Un niño siempre trae su cuota de mundo al mundo para que la realidad sea.” Y lo apunté para la entrevista.

-Si hablamos de amor al mundo no podemos dejar de traer a Hanna Arendt y de su libro Entre el pasado y el futuro, en el que hay una cita famosa.

“La Educación es el punto en el cual decidimos si amamos al mundo lo suficiente como para asumir una responsabilidad por él, y con tal gesto salvarlo de la ruina que sería inevitable si no apareciera lo nuevo, lo joven. Y la Educación también es donde decidimos si amamos a nuestros niños lo suficiente como para no expulsarlos de nuestro mundo y dejarlos librados a sus propios recursos, ni robarles de las manos la oportunidad de llevar a cabo algo nuevo, algo que nosotros no previmos, si los amamos lo suficiente para prepararlos por adelantado para la tarea de renovar un mundo común“.

Esta cita para mí es como un mantra, con el que podemos hablar del papel de los profesores en cuanto a la relación con los niños. Nosotros estamos ahí para “revelar”, para delegar este mundo a los otros, y acá tomo unas palabras del libro de Jorge (Larrosa) para impedir que el mundo se deshaga para los que vienen. Y los que vienen tienen la posibilidad de aportar algo nuevo para nosotros, que venimos de antes, y renovar el mundo.

-Estoy pensando en esto que hablamos antes, de las formas de ser profesora, y entiendo que esa forma tiene que ser abierta y fluida, que permita ese movimiento y esa adaptación. Si no estaríamos transmitiendo algo rígido y acabado, y no estaríamos posibilitando ese cambio.

-Yo decía que la escuela y la clase es el lugar del diálogo. Eso que tú dices, de esa forma que es profesoral, esa forma de ser abierta es porque estamos ahí para hablar con el otro pero sobre todo para escuchar al otro. No hay lugar para mí más especial que la escuela y la clase como ese espacio de escucha, de diálogo. Por eso me quedo pensando cuando se habla de la escuela como espacio de transmisión. Yo lo veo como un espacio de diálogo entre la tradición y lo nuevo. No puedo pensarla como espacio de sólo de transmisión, sino como un espacio de diálogo tan maravilloso, tan abierto ¿no?, donde podemos aportar lo viejo y lo nuevo. Y mirar con un poquito de distancia al mundo.

-Entiendo la crítica a la transmisión porque hay muy diversas instituciones y forma de concebir políticas educativas, no sólo pensando en lo macro de los ministerios, también en las micro políticas, lo que acontece en cada aula, en lo cotidiano. Es verdad que algunas van a la reproducción y otras que van por los cambios.

-Claro, yo tampoco quiero idealizar la escuela. Como profesora yo casi siempre escucho muchas críticas a la educación. Y me quedo pensando en eso. En los tiempos que estamos viviendo, en los cursos como profesora que tiene que aprender las nuevas tecnologías en las que participo como estudiante, y entre las críticas que se escuchan es que la escuela debe cambiar y que este es el momento, la oportunidad porque las escuelas son este lugar cerrado. Entonces tenés razón cuando decís que no todas las escuelas y las políticas educativas son iguales. A veces, al escuchar tantas críticas, yo tengo que decir que hay otras cosas.

-Me gusta ser crítico conmigo, para no reproducir, para permitirme pensar cosas nuevas, para que lxs estudiantes me transformen también al recibir sus inquietudes. La biblioteca es un lugar especial para eso, donde circula mucho más que la información.

-Para mí una escuela sin biblioteca no es una escuela, tiene que tener un lugar aunque sea pequeño, un lugar de intercambio, es un lugar precioso.

-Yo lo disfruto mucho, sé lo necesarias que son. Acá lamentablemente en las escuelas primarias no están los cargos de docente bibliotecarix. Cambiando un poco de tema quería preguntarte por la educación rural en Brasil.

-Tenemos una población rural pero tenemos una población que llamamos periférica. En Brasil ha cambiado mucho la relación ruralidad/urbanidad, ha cambiado mucho entonces tenemos una mayor población urbana. Hay lugares muy alejados, como en la Amazonía. Estuve leyendo sobre la educación en este momento y por ejemplo en los pueblos sobre el Amazonas, la única posibilidad porque no hay acceso a las computadoras y la conectividad, las clases se están dando por televisión. Pero también las poblaciones periféricas de la ciudad, en las que la situación es similar porque no hay conectividad. Es un tema que nos preocupa. Se generó en Brasil un movimiento que se llama “Campaña Nacional pelo Derecho a la Educación”, que sostiene que ahora no hay que preocuparse tanto por los contenidos como por el acceso, para propiciar que los niños estén juntos con los profesores en este momento. Las desigualdades sociales están muy visibles. Si hay algo que este momento está mostrando son las desigualdades totales. Cuando el gobierno dice que ahora vamos a la educación a distancia, nosotros nos damos cuenta que la mayoría de los niños no tienen acceso, o no tienen ordenador o no tienen conexión.

-En Argentina hay más de un 30% de lxs estudiantes que no tienen acceso. Esto lo confirmamos con Gabriela Asinsten, coordinadora del departamento TIC del INFD, en una entrevista reciente.

-Yo leí la entrevista que le hiciste a Gabriela, bárbara, me gustó muchísimo. Entonces hablar un poco de ese tema es hablar un poco de las condiciones generales de América Latina. En Brasil no está como en Argentina. Aquí tenemos una perspectiva ideológica de este gobierno, estamos en las manos de un grupo que dice estar guerreando en contra de un marxismo global. Son también los negacionistas, que niegan la ciencia, los que creen en la tierra plana. Esas son las personas que se disputan acá la educación, junto con los evangelistas, los neo pentecostales. El Ministerio de Educación está en disputa. En este momento no tenemos un ministro de educación. La educación en disputa, la falta de acceso, la visibilidad de las desigualdades sociales. Por otra parte tenemos los dichos de los técnicos que trabajan para las iniciativas privadas, los grandes grupos que ganan con la educación y ahora aún más con la aceleración de la enseñanza a distancia, on line. En este momento está esa disputa que también es económica. Todos trabajan indistintamente por la ruina de la educación pública.

-Sí, estaba pensando que con un gobierno con esa impronta el riesgo es que este “ensayo” en la virtualidad sirva para implementar algunos ajustes, bajar cargos, sumar cantidad de estudiantes por docente. Implementación de políticas neoliberales. Justamente las que no dan lugar a que lxs niñxs que vienen, lxs abandonan, y en lugar de ensancharles el mundo lo que intentan es apartarlos del mundo.

-La precarización de los docentes, del sistema educativo en general. Ahora virtualmente puedes tener más alumnos. Las políticas en Brasil no son buenas. Y que en este momento, al menos en Brasil, el papel del profesor es muy importante porque es el hilo, que puede acoger a este estudiante, el que puede pensar en este derecho a la educación y hacer algo. Y al mismo tiempo combatir esas políticas y resistir a los predadores de la educación, tanto a los políticos como a los empresarios neoliberales de la educación privada. El papel del docente es un papel político muy importante en estos momentos.

-Me gusta pensar el lugar de los educadores como un lugar de responsabilidad y de privilegio, al poder crear vínculos con estudiantes y percibir las diferentes situaciones. Nos pasa en nuestro trabajo que al estar en contacto con tantos estudiantes y conocer a través de ellos, se nos arma una visión menos simplista, nos ayuda a percibir de un modo más complejo, a ampliar nuestros horizontes. A diferencia de este grupo que está gobernando Brasil, que angostan el mundo imponiendo políticas que aumentan la desigualdad, que ya es mucha.

-Y los que quieren acelerar la educación a distancia, y entregarla a manos privadas con fines comerciales, y hay quienes piensan que la enseñanza remota, la virtualidad, es la salvación de la educación. Los que creen en la educación a distancia y los que quieren venderla, hacer negocios con ella. Entonces al ver las distintas realidades de nuestros alumnos, no podemos estar en una punta ni en la otra, tenemos que complejizar la mirada para abarcar todas esas situaciones, una mirada más preocupada. Ahora lo importante, a través de la virtualidad, sostener el vínculo con los estudiantes. La educación remota en este contexto es una cuestión política.

-Pienso que el Estado, en sus diferentes agencias, pero sin lugar a dudas la escuela, tiene que estar en oposición del mercado. Todo lo que la escuela no toma, no ocupa como espacio simbólico, lo ocupa el mercado. Y pensaba en esta entrega de la que hablábamos en compañía de Hanna Arendt, para dar lugar a lo nuevo que sólo puede suceder en diálogo y con una escucha verdaderamente interesada, no la propician ni los estados totalitarios ni el mercado. Por esto defender la educación pública, para muchxs de nosotrxs,  es una posición política irrenunciable.

-Por eso comparto la idea de este libro En defensa de la escuela, porque la idea de que escuela es ese espacio de tiempo libre, que debe ser público, la educación debe ser el espacio público por excelencia, donde estamos todos. El ejercicio de la democracia pasa por la escuela, pero de la escuela que no puede tener vinculación con la empresa, con la idea de los clientes. La escuela tiene que mirar el mundo desde ese paréntesis, un poco fuera del mundo. Por eso en la escuela, por supuesto, está muy bien la presencia de la familia, pero con límites. Con los padres somos buenos compañeros pero la escuela es la separación de la familia, es la separación del mercado, en favor de la autonomía. Tiene que ver con la construcción de este sujeto que se puede pensar emancipado.Voy a utilizar una palabra que usa Paulo Freire, un gran educador brasilero, que ahora su memoria sufre muchos ataques de estos grupos en este momento. Paulo Freire, que tiene una obra vastísima, pensaba la escuela como lugar de emancipación. Para eso la escuela tiene que ser pública, apartada de las cuestiones religiosas, de las cuestiones mercadotécnicas, el lugar donde se mira el mundo.

-Esto que quiero preguntarte tiene que ver con lo que en el sistema de educación argentino son ejes transversales como la educación intercultural y la educación sexual integral, que además está legislada. ¿En Brasil son ejes transversales también? Con el avance de la derecha y el lugar que ocupa la iglesia evangélica, me imagino que es un espacio de disputa.

-En Brasil estamos en una disputa en este momento. Ahora la funcionaria a cargo del Ministerio de la Mujer, de la familia y de los Derechos Humanos, está empezando una campaña dirigida a los jóvenes no tengan relaciones sexuales, propone la abstinencia sexual. En cuestiones de género, identidad y sexo la educación en Brasil estaba bastante avanzada, formaban parte de las políticas curriculares. Ahora tuvimos que sacar del currículo la cuestión de género. Hay todo un movimiento de grupos que lograron que en muchos lugares se quiten estos temas de los diseños curriculares. No se puede incluir en el currículo esta cuestión. Es muy serio, estamos negando la posibilidad de una educación integral.

-Se interrumpe un proceso importante, que después cuesta mucho remontar.

-Además porque la escuela es el espacio para hablar de estas cosas. Muchos jóvenes tienen la escuela como único lugar para hablar de cuestiones como homofobia y racismo. Hay un movimiento de derecha que se llama Escuela sin Partido, que es el movimiento que intenta aprobar leyes en contra de la educación en género.

-En Argentina es Con nuestros hijos no, pero está sucediendo en toda Latinoamérica. A medida que se avanza en un cambio profundo, también surgen esos movimientos reactivos. A veces los argumentos en contra de los derechos sexuales y reproductivos son medievales.

-Claro, la idea de medieval es porque estos son tiempos oscuros, en que no se ven las cosas con mucha claridad. Esos grupos están en contra de la escuela. El Ministerio de la Educación es un lugar que en Brasil está muy disputado. Porque la escuela es ese lugar de saber, donde se puede dialogar, donde el profesor tiene un papel fundamental en esa disputa ideológica. El odio a la escuela es el odio a la democracia.

-Te invito a un lugar más placentero: tanto en el libro P de Profesor, como en las propuestas de trabajo que trajeron al instituto de formación docente de Bolsón el arte ocupa un lugar que podemos llamarlo estructurante. El cine en el caso de aquella propuesta. ¿Cómo es esta alianza con este arte para trabajar distintos temas para compartir con estudiantes?

-Es una buena pregunta Claudio, porque en primer lugar el espacio escolar no es el espacio del arte. Pero no podemos dejar de pensar que la formación de maestros tiene que estar atravesado por el arte, así como su propio oficio docente que se puede pensar como una curaduría de las cosas. Me preguntaban si el profesor es un artista, y yo digo que no necesariamente, pero sí, como lo plantea Jorge (Larrosa) en uno de sus libros el profesor es una especie de curador, hace una reunión de textos, de películas y los pone a disposición del estudiante. Entonces cuando yo decía que en esta sala estaba como en una sala de montaje, porque el profesor tiene toda esa preparación para su clase en la que tienes como una especie de montaje. El profesor ejerce una especie de curaduría, es una profesión que debería ser atravesada por el arte, la literatura, el cine. No me imagino una formación que no sea así. El profesor es un creador, y sólo puede serlo si tiene un repertorio muy rico y muy variado. Y la cuestión del cine es que trabajar con las imágenes es una herramienta muy potente. Pensar un poco con las imágenes es algo muy fuerte. En mi trayectoria hace mucho sentido para montar mis clases, para montar un curso, para hacer los ejercicios escolares con imágenes que se pueden producir, que se pueden pensar.

Profesor Jorge Larrosa

Hay una conversación de Jorge Larrosa en su libro Esperando no sabe qué (en Argentina este diálogo lo encontramos en El profesor artesano) con un profesor de Brasil que es argentino, pero que imparte clases en una universidad en Brasil, Maximiliano López. Es un diálogo muy bonito que se llama La lección más bella del mundo, y Maximiliano aproxima la figura del artesano a la del profesor. Y distancia la figura del profesor, en cierto sentido, de la figura del artista. Porque al artista se le reivindica una cierta originalidad, una cierta autoría, creatividad; y por otro lado el profesor presenta una modestia que lo constituye,  típica de una labor artesanal, cuyos procedimientos no están subordinados a los parámetros de la eficacia y la eficiencia. Cuando yo hablaba del mercado ¿no?, que el profesor no es un siervo del mercado. Por eso no puede ser medido por la  eficacia y la eficiencia. Maximiliano López dice que el profesor, desarrolla de una manera  casi ritual, aprecia poder hacer las cosas con atención y cuidado. El profesor nunca será el autor o el inventor de quien habla, sino que será el único en hacer hablar a este autor, hacerlo brillar. López tiene una cita: 

El profesor trabaja atento y minucioso para crear un objeto muy particular, la lección. Nosotros podríamos decir la clase. El profesor hace que el otro brille, que el otro hable, que el artista o el autor hablen. El profesor es un artesano que pone en conjunción estas cosas.

-Yo creo que muchos docentes son artistas, por la magia que despliegan. Hay varias analogías, pero una sería el guión. Así como en el cine hay docentes que arman guiones maravillosos, con esos textos, esas imágenes que eligen y que ponen a dialogar entre ellas. El profesor en esa humildad que mencionás y que propone Maximiliano, se corre, logra desaparecer y dejan aparecer otra cosa.

-Yo pensaba menos en el artista en tanto que el profesor no tiene esa responsabilidad de brillar él, si no de echar luz sobre los temas. En este sentido de la modestia y la humildad, ellos son geniales. Yo hablaba en esta clase abierta que hice en la universidad de Córdoba justo antes del receso, y me preguntaban cómo podríamos seguir siendo profesores en este momento. Y claro, el profesor puede que este desapareciendo, puede que se torne un siervo del mercado y la tecnología. Yo pienso que los profesores podemos atravesar todo esto porque tenemos nuestros artefactos, porque sabemos cuáles son nuestros gestos. Entonces para atravesar el desierto de la pandemia, el desierto de la necropolítica que es la política de la muerte que estamos viviendo en nuestro país tenemos que tener nuestros artefactos, tengo que saber lo que llevo en mi mochila. Cuando vos decías lo de la magia que despliegan algunos profesores yo me acordé de un libro que salió ahora, Elogio del profesor, que es un libro que editaron Jorge Larrosa y Caroline Cubas, una profesora de Brasil, con textos de profesores de Brasil, Belgica, España y Argentina, hablando del oficio de profesor; allí hay un texto que tiene que ver con eso, se llama Plano de cine / plano de aula, es un profesor hablando con un cineasta, y los dos están intentando ver lo que es la aproximación, la similitud entre un plano de cine y un plano de clase, e hicimos varias actividades que tienen que ver con eso. A mí me encanta mi profesión, pero siempre escuchaba que los profesores nunca sabemos todos, siempre tenemos que estar detrás de algo, en alguna innovación. Y la escuela es un lugar de críticas, pero no un lugar que la sociedad destaque. Entonces pensamos en 2016 en hacer un elogio a la escuela, y después, en 2018, un elogio al profesor (donde salieron dos libros). Y esta idea de que el profesor no es un animador de auditorio, el profesor es ese personaje que puede aproximar las maneras de hacer de otras profesiones, pero que tiene su especificidad, sus gestos y su materialidad, que le permite estar con ellos en un momento como este- En un momento en que su autonomía profesional, el sentido público de su profesión se desvanece un poco, entonces tenemos que tener muy claro lo que nos hace profesores para seguir existiendo.

-Karen, una observación. No es cualquier texto, no es cualquier imagen, cualquier película. Y lo junto con esto que decías hace un rato, que la ventaja de tener muchos años de ejercicio docente da un sustrato que te salva de ser seducida por nuevas teorías, nuevas propuestas filosóficas para la educación. En estos tiempos qué textos, que mirada sobre la educación te invita para pensar tu tarea

-Esa también es una pregunta muy bonita porque hay un autor, Alan Bergala, que tiene un libro que se llama La hipótesis del cine. Pequeño tratado sobre la transmisión del cine en la escuela y fuera de ella. Bergala fue presidente de la cinemateca francesa entre otras cosas importantes, publicó este libro en 2007. El dice que no es cualquier cine que se puede ofrecer en una clase, por eso es tan importante la imagen de curador, que es una imagen muy potente del profesor, porque no es cualquier material que se ofrece en una clase. Bergala sostiene que se pueden usar pedazos, recortes de cine, que no es necesario ver la película completa en clase, pero que los trechos tienen que ser de una buena película. Yo utilizo la idea de la clase también como idea de doble para pensar nuestra profesión, nuestra formación. Así como yo no expongo cualquier cosa en una clase, tampoco es cualquier cosa que yo leo, que yo miro en este momento. Hoy sigo leyendo a Jan Masschelein, son textos que me gustan mucho. En el libro Elogio de la escuela el tiene un texto preciosísimo acerca de la lengua de la escuela, que es una lengua que emancipa o que aliena. Leo a Inés Dussel, pedagoga argentina que vive en México. Es una persona que tiene una visión, una mirada muy interesante para este momento, para orientarnos para pensar la educación remota, cómo estamos como profesores, pensando la educación para todos. El propio Larrosa, que está escribiendo mucho sobre el profesor, la escuela, el oficio.

-Aprovecho para preguntarte, porque en sus últimas clases en el encuentro aquí en Bolsón me quedó la sensación y a otros compañeros también, de que se estaba peleando con la palabra Experiencia. ¿Podrá ser otra de las palabras tachadas?

-Entonces es bueno que digamos que la palabra Experiencia es una de las palabras que está en el libro P de Profesor, en el que participé más como una persona que da la palabra a Jorge para hablar. Y cuando tu dices que la trayectoria de Jorge está enmarcada en la palabra experiencia, tengo que contar que en Brasil hay un texto muy usado por docentes, que se llama Notas acerca de la Experiencia y el saber de la Experiencia. Es uno de sus textos más difundidos en Brasil y en el mundo. Hay en ese texto una frase que dice que “la experiencia es lo que nos pasa, lo que nos ocurre, lo que nos toca, no lo que pasa, no lo que ocurre, no lo que toca.” El libro P de Profesor es el resultado del diálogo sobre las clases en las que yo lo acompañé, en España, durante 2015. Entonces le pregunto por qué no ha hablado más de la experiencia en los últimos tiempos. Él hace toda una consideración y dice: 

“Tal vez por eso lo que puede verse en mis trabajos recientes y en este diccionario, es un cierto desplazamiento pedagógico de la idea de Experiencia como transformación del sujeto, a la idea de ejercicio como atención al mundo. Porque lo que se está desvaneciendo en las instituciones de la educación no es el sujeto, que nunca ha sido tan fuerte, tan protagonista, tan halagado. Ni la transformación del sujeto, el sujeto flexible, adaptable, maleable, transformable y desde luego creativo e innovador, está implícito en las lógicas del aprender a aprender y del aprendizaje continuo y permanente. Sino que es el mundo y sobre todo el mundo común, el mundo compartido.” 

Entonces en función una idea que el percibe, del desvanecimiento del mundo común, del mundo compartido es que él adopta en este momento mucho más, sin negar la idea de experiencia, el adopta la palabra ejercicio. Dice que el ejercicio pone al sujeto en atención al mundo. Y la idea de experiencia ha sido muy utilizada para poner el acento en el sujeto. El continúa de acuerdo a lo que ha escrito, como en el libro que nombrabas La experiencia de la lectura, que es un libro maravilloso.

-En relación a ese libro de Jorge, con una compañera docente del instituto, Laura Wallovitz, convocamos a muchas personas a que nos cuenten experiencias de lectura, no que recomendaran libros, sino que contaran alguna experiencia de lectura. Lo compilamos y lo ofrecimos a través de la radio escolar.

-Bueno, si te fijas eso que hicieron fue un ejercicio. Es para que las personas presten atención en algo.

-¡Mirá qué atenta que estás!

-Claro, porque soy profesora (se ríe Karen), por eso no es que Jorge esté alejado de la idea de la experiencia es que por la usurpación de la palabra experiencia por el mercado, la experiencia en el shopping. Nosotros contamos en P de profesor que hay algunas palabras en las asignaturas de Jorge en 2015, y hay una de Arte y Cultura en educación, que tenía que ver con un trabajo de arte con la basura. Había un grupo que hizo un trabajo con basura en un solar, y plantearon la idea de pensar el lugar, claro que con crítica e ironía, como trashexperience, poner a la basura en ese lugar de lo exótico e invitar a una experiencia.

-Esto me resulta bien interesante, poder seguir el pensamiento de un autor como Jorge, ver las diferentes capas de complejidad de donde surge ese pensamiento, cómo va reformulando el pensamiento para compartirlo, la dimensión política de la construcción del conocimiento.

-Mira que la palabra experiencia en el libro P de Profesor, que está planteado como un diccionario, no está tachada, habiendo algunas palabras que sí lo están.

-En relación a esto tengo una pregunta preparada, que tiene que ver con la palabra Calidad, que es una de las que aparece tachada en ese libro. Una última pregunta y ya con esto nos despedimos agradeciéndote todo este tiempo que nos has dedicado.

-Tenemos que decir a quienes lean esta nota que el libro P de profesor tiene tres tipos de palabras. Unas que se refieren al oficio de profesor, por ejemplo la palabra maneras. Otro grupo que tiene que ver con las asignaturas de Jorge en 2015, por ejemplo la palabra basura, que es una de ellas. Y un tercer grupo de palabras que son las palabras tachadas que las llamamos No palabras. Son palabras que el profesor no debería usar, o que no debería usarlas para hablar de su oficio porque son palabras colonizadas en el discurso pedagógico. Hay en una operación de colonización, de nuestro discurso, de algunas palabras. Y me decías calidad. Hay otras: comunicación, metodología, objetivos. ¿Y por qué a ti te llamó la atención calidad?

-Justamente porque es algo que se escucha mucho, una educación de calidad, que el proyecto educativo tiene que apuntar a una mejor calidad, en algunos casos se mide la calidad educativa, supuestamente hay rankings y parámetros para medirla, pruebas internacionales. Es una palabra del mercado, de la que el mercado ha abusado.

-Te pregunto también como profesora que soy porque siempre la indagación del otro, lo que el otro está pensando me llama la atención. Y calidad es una palabra de la que yo digo en el libro, en diálogo con Jorge, que en Brasil en los años ´90 decíamos siempre “estamos en las calles por la educación pública, gratuita y de calidad”. Lo que Jorge dice siempre es que no es que no la podamos utilizar, pero es que esa palabra tiene que ver con una palabra de mercado, de vendedores, del marketing. En los ´90 también en Brasil había una cantidad de personas que ganaban dinero con la educación porque una de las ideas que estaba atravesando la educación era la idea “calidad total de la educación”, y hay mucha gente que ha ganado mucho dinero por eso y nosotros quedábamos con profesores que teníamos que ir detrás de la calidad. La incitación mercadológica era terrible. Jorge dice en relación a esto “hay que cuidar de la lengua del oficio, la lengua de la materia de estudio, de la cosa ¿no? Las palabras crean, y ahí lo digo yo, las palabras crean mundos. Y cuando eres profesor, tú sabes de eso, las palabras crean mundos. Por lo tanto en la formación docente tenemos que tener cuidado con algunas palabras. Nosotros no somos mercancías, no tenemos una función para el mercado. Tal vez el profesor sea inútil en el mejor sentido de esa palabra, que tiene en suspenso la utilidad. Una palabra que propone medir la utilidad, medir la eficiencia, la eficacia no puede ser una palabra  buena para usar en educación.

-Ahí se vuelve a encontrar con la idea del arte. Hay una escritora que se llama María Teresa Andruetto que dice que la literatura, la poesía, para ser útil tiene que mantenerse inútil.

-Me puedes repetir esa autora, me interesa mucho. Podemos decir Claudio, y esto es una idea que tiene que ver con este diálogo. Yo llevo adelante mi papel de profesora, y el profesor plantea cosas, no las afirma, las plantea. Pero esa idea de Andruetto yo la tomo para la educación. La escuela no tiene que ser útil, el profesor no tiene que ser útil. Entonces la idea de utilidad, que es otra de las palabras tachadas, no es una palabra para pensar la educación escolar que es un espacio donde suspendemos, que es una idea de Masschelein la suspensión, suspendemos las cosas de su función para estudiarlas.

-Es un alivio también sacarnos algunas palabras de encima.

-A mí me parece, mira, que yo después de 27 años como profesora me he puesto con más tranquilidad. Yo imparto clases para estudiantes secundarios, pero también para una maestría profesional. Son profesores de historia que hacen una maestría, y el año pasado cuando estaba haciendo con ellos mi asignatura al leer cosas con ellos una de las alumnas decía “Karen, yo me pongo tan tranquila cuando leo estas cosas y cuando las discuto porque, por ejemplo, puedo utilizar la palabra ejercicio tranquilamente”. Es una palabra que siempre tuvo que ver con opresión, porque las personas dicen que el ejercicio es una repetición, que los profesores tienen que reinventarse. Y ella decía puedo usar la palabra ejercicio, y quedarme con el corazón tranquilo. Y son estas cosas que estoy hablando hoy contigo y que escribo un poco sobre ellas, y que me alimento un poco de eso, me quedo tranquila, en el sentido de que el profesor no tiene que estar todo el tiempo en la innovaciones. Lo que el profesor tiene que hacer es pensar.

-Pensar y jugar. Me parece que en las experiencias de ustedes, en lo que se trasluce en el libro, cuando proponen –bueno, esta palabra la tachamos, no para proscribirla sino para encontrar otras maneras de decir, ¿a ver? Juguemos a esto. Y  en tus expresiones como cuando decís “yo me pongo muy en mi papel de profesora” y lo decís con una sonrisa. El placer de jugar, de meterse en mundos, o de salir; a ver, vengan, los convido con esto que a mí me parece muy sabroso, como una capacidad de movimiento. Algo que no debiéramos perder de vista.

Es hacer de eso, de mi oficio, un modo de vida y estar en el mundo, una forma de estar en el mundo. Por eso te digo que no son ideas que yo quiero que las personas sigan, pero quiero ponerlas para que estén en diálogos con otros, para moverse hacia otros lados, otros espacios de ese mundo.

-Karen realmente te agradezco, y también en nombre del instituto, que hayas permitido conocer este "estar en el mundo" que compartiste con nosotros. Muchas gracias por este tiempo.

-Mira, yo gano en tiempo con esto; entonces, una palabra que ha sido muy usada en los últimos tiempos, es la palabra tiempo. En estos días de aislamiento yo no veo cualquier película, no leo cualquier libro, ¿no? y hago pocas cosas Claudio, acepto pocas invitaciones y para mí, en este momento, acepto para poder dialogar contigo, y poder hablar, reflexionar de estas cosas, intercambiar sobre educación y escuela y siento que nos fortalecemos no sólo como docentes sino también como personas. Y me acuerdo de una escena en la biblioteca cuando estábamos en el instituto en El Bolsón, y mando abrazos para los compañeros y compañeras del instituto que fueron maravillosos conmigo, y me acuerdo de un momento, de una escena en la biblioteca contigo, y nos mostrabas unos trabajos muy bonitos con la naturaleza, y nos mostrabas los libros en los estantes, y yo te miraba y pensaba qué bonito cuando a una persona le gusta lo que hace. Yo estoy aquí con mucho gusto, porque me gusta lo que hago y acepté porque yo sé que a ti te gusta mucho lo que haces.

-Sí, es verdad, me gusta mucho mi trabajo.

-Y hay una idea de Vilém Flusser, un filósofo checo que ha vivido acá en Brasil, que dice que cuando una mano encuentra a otra, ahí hay un motivo para estar. Hay personas que encuentran otras manos en el mundo, así te veo y por eso acepté la invitación. Gracias a las compañeras y compañeros de Bolsón por este momento precioso.

Muchísimas gracias a vos Karen, por este momento.

 

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