Cada viernes, en el programa de radio Nada del otro mundo que conduce Cristian Maldonado, María Teresa Andruetto hace una columna sobre temas diversos. Para quienes se interesen en escucharlas las pueden encontrar acá: Nada del otro mundo. El texto de esta entrada es una de esas columnas que generosamente Teresa comparte con nosotres.
BIBLIOTECAS
por María Teresa Andruetto
En efecto, un país se considera tanto más desarrollado cuanto más sabias y eficientes son las leyes que impiden al miserable ser demasiado miserable y al poderoso ser demasiado poderoso.
Primo Levi
Dos mil bibliotecas en 1189
localidades del país, en las que trabajan, la mayoría en forma voluntaria, más
de veinte mil personas.
Sesenta millones de libros.
Mas de 11.000.000 de usuarios
registrados
Esto es CONABIP, la Comisión
Nacional de Bibliotecas Populares.
La CONABIP fue creada por
Sarmiento en 1870 y en estos días (el 13 de setiembre fue el día del
bibliotecario y el 23 día de las bibliotecas populares) se está cumpliendo de
ello 150 años. Sarmiento intentó enlazar de este modo en una tarea mancomunada
las iniciativas particulares con los proyectos del Estado, para fomentar la
creación y la difusión del libro y la cultura.
La primera biblioteca popular
nació en 1866 (antes de la red Conabip) y sigue abierta, es la Biblioteca
Franklin de San Juan, la biblioteca popular más antigua de Sudamérica y lleva
el nombre de Franklin de quien Sarmiento tomo la revolucionaria idea del
préstamo domiciliario.
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Biblioteca Popular Franklin, San Juan. |
La concepción de biblioteca popular resulta de la articulación compleja, por momentos tensa, entre el poder regulador del Estado y el espacio creativo de la sociedad civil. Se trata de asociaciones civiles autónomas, creadas por iniciativa de vecinos de una comunidad. Ofrecen servicios y espacios de consulta, expresión y desarrollo de actividades culturales, de lectura y extensión bibliotecaria. Están dirigidas y sostenidas principalmente por sus socios. Brindan información, educación, recreación, animación socio-cultural, préstamo de libros y servicios multimedia. Las hay en la capital del país, en las capitales de provincia, en las ciudades pequeñas, en los pueblos, en la meseta patagónica, a orillas del mar, trepadas en caseríos de la cordillera y en islas del delta. Las hay con grandes edificios, antiguos, señoriales o derruidos, y construcciones nuevas, en viejos ómnibus o vagones de trenes y también en casas de familia, como la biblioteca de Mar del Tuyu que está en la casa de María y nació por necesidad de contar con un espacio para que los chicos del barrio tuvieran un lugar dónde leer cuando el verano termina y los turistas se retiran.
Caracterizadas por la diversidad,
en algunas se da la copa de leche, apoyo escolar, en otras hay dentistas para
atender a los vecinos en forma gratuita y hasta servicio de peluquería social.
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Biblioteca J. L. Borges, El Bolsón |
Las bibliotecas populares tienen
que ver con la pluralidad, con espacios democráticos, de resistencia. Siempre
son un lugar de encuentro, contención y abrigo para quienes se ven relegados
por otras instituciones. En ellas se observa el esfuerzo de tantas personas
para mantener vivos y vigentes espacios de sociabilidad y de irradiación de
diversos saberes. En nuestro país han resistido a múltiples crisis económicas y
sociales y hubo muchos momentos en los que el sistema estuvo por sucumbir, para
bien o para mal siempre acompañaron la historia argentina y podemos ver rastros
de esa historia en cada una de ellas.
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Biblioteca Popular Osvaldo Bayer, Villa La Angostura. |
El modelo argentino sirvió como orientador para la creación de otras redes, con otros sistemas, en otros países del continente. Colombia tiene un gran desarrollo de bibliotecas, los bibliotecarios se forman en sus carreras como agentes de paz y las bibliotecas comunitarias son motivo de orgullo de la población, que las defiende de un modo conmovedor. En estos días de acrecentamiento de la violencia en ese país un bibliotecario escribe: "Antes que tener una relación con la lectura tuve una con los libros, y antes que con los libros fue con mi tío. Leía porque a mi tío le gustaba que lo hiciera, luego porque los libros eran objetos maravillosos que me sacaban de problemas, y ahora porque es la mejor forma de hacer surgir preguntas con la misma facilidad con la que salían en mi niñez. Por eso me uno a la lucha que millones de personas están librando para que la concertación sea más fuerte que la aniquilación, para que las palabras sustituyan a las armas en la confrontación política."
Y una amiga de Bogotá me cuenta que los CAI, mini estaciones de policía en los barrios, están siendo apropiadas por miembros de la comunidad y convertidas en bibliotecas, inmediatamente después de los incendios. Jóvenes y viejos llevan libros y ponen pancartas que dicen: esto es una biblioteca de la comunidad. Dice mi amiga, una mujer que ha pasado los 70 y que toda la vida trabajó por la construcción de una sociedad lectora: Solo cosas como estas me dan algo de aliento y me dejan pensar que no todo está perdido.
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De estaciones de policía a Bibliotecas por la paz, Bogotá. |
Hermosa nota que revela una mirada esperanzadora de que aún los espacios más insólitos, pueden convertirse en lugares mágicos, bibliotecas populares, lugares de resistencia.
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